"Si te equivocas de todas las formas posibles, sólo te quedará acertar"
Este sencillo lema, que no debe tomarse al pie de la letra, ya que el número de formas equivocadas es posiblemente infinito, es uno de nuestros motores creativos. En La Westia, cuando estamos en periodo de creación, tratamos de equivocarnos, para "mitificar" el error como algo necesario en el proceso. Uno puede acertar por mera casualidad, pero difícilmente se equivoca "casualmente". El error suele responder a una causa y mediante la identificación de dicha causa no sólo se evita el error cometido sino otros similares. Al errar, podamos ramas del árbol de sucesos y posibilidades, como si fuese un delicado bonsai. Errar en los primeros pasos de todo proceso ha de celebrarse, pues supone un avance en la dirección correcta por clausura de caminos equivocados.
Pero tampoco debemos estar errando contínuamente. Ha de llegar un momento en el que el periodo errático se va reduciendo, pues vamos tapando los poros de los que emanan las equivocaciones; vamos dejando las ramas más prometedoras de nuestro bonsai; ganando seguridad, gracias a la acumulación de errores anteriores. En definitiva, vamos sintiendo que los aciertos no son fruto de la casualidad sino del hecho de que tras los errores anteriores, ya no quedan en el tintero más que aciertos.
Tropezar muchas veces, en ocasiones pone a la vista tesoros insospechados. En La Westia, tras nuestro estreno de "La Ley de la Selva" (Elvira Lindo) , el pasado 23 de agosto, que creemos ha sido un acierto, estamos comenzando a errar de nuevo...
¡Vamos por buen camino!
¡SOMOS LA WESTIA!
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